Entrevista. Mónica Rodríguez Suárez: “’Biografía de un cuerpo’ es un libro que sirve de espejo para los adolescentes”

Dentro del proyecto “Escribir como lectores”, en el que ha participado FPBA con el profesorado de esos cursos y del Plan Lector, hemos podido tener un encuentro con la escritora de la novela que hemos leído y trabajado en clase. La novela es “Biografía de un cuerpo” y su escritora es Mónica Rodríguez Suárez. Mónica es una escritora asturiana, más concretamente de la ciudad de Oviedo. Mónica se ha especializado en literatura infantil y juvenil, donde ha escrito una extensa colección de libros infantiles, juveniles, cómics, biografías y álbumes ilustrados. Además, también ha formado parte de siete libros colectivos. Como consecuencia de esta gran carrera literaria, ha recibido numerosos premios como el Premio Cervantes Chico 2018 o el Premio Edebé de Literatura Infantil 2022, que fue el último que recibió. A continuación, le haremos algunas preguntas para conocerla un poco más.

  1. ¿Qué le parece el trabajo que hemos realizado? Me siento emocionada por ver cómo habéis llevado esta historia a vuestro terreno. Cuando los escritores escribimos, escribimos solo la mitad de la historia. Luego es el lector quien pone su experiencia para completarla y eso es lo que habéis hecho vosotros; la habéis enriquecido con cada experiencia personal y para mí, eso es lo mejor que puede pasar. Les agradezco enormemente que lo hayáis compartido conmigo para  disfrutarlo.
Mónica Rodríguez Suárez.
  • En su biografía hemos visto que estudió Ciencias Físicas, pero ha terminado siendo escritora y pidiendo una excedencia para dedicarse solo a ello. ¿Qué le llevó a dedicarse a algo tan distinto a lo que había estudiado?
  • Siempre me gustó leer. Me entusiasma porque puedo vivir muchas vidas, mirar el mundo con otros ojos distintos a los míos y meterme en la piel de otros personajes.  Empecé leyendo poesía y me di cuenta de que mis sentimientos aparecían en esos poemas; de alguna manera hablaban de mí, de lo que a mí me pasaba y de lo que yo sentía. Fue entonces cuando empecé a escribir poesía, para tratar de entenderme y contar de esa forma lo que con simples palabras es difícil contar. Años más tarde, comencé a escribir cuentos. Escribir era cada vez más importante para mí.

Tuve la suerte de conocer a Gonzalo Moure, un escritor maravilloso de literatura infantil que empezó a leer mis primeros textos. Él me enseñó muchas cosas, como su forma de entender la escritura desde las entrañas, desde la verdad de uno mismo.

Hace trece años, tras recibir el dinero de una herencia, decidí dejar la investigación para dedicarme dos años a leer y a escribir. Esa herencia supuso para mí la posibilidad de cumplir un sueño. Llevo ya doce años y medio y desde entonces no he vuelto a mi trabajo anterior. Continúo dedicándome exclusivamente a leer y a escribir y me siento muy afortunada por ello.

  • ¿Qué siente cuando escribe un libro y cuando ve lo que sienten o piensan los demás de lo que escribe?
  • Cuando escribo siento muchas cosas porque tengo que meterme en la piel del personaje. He escrito cosas llorando pero también riendo. Hay muchas emociones en juego; los escritores vivimos las peripecias que contamos y todo lo que le suceden a los personajes que creamos. Tenemos que emocionarnos para que esas emociones se transmitan del papel al lector. Soy una escritora que releo y corrijo mucho lo que escribo porque creo que cambiando alguna palabra puede cambiar el significado de la frase y también lo que puede sentir quien lee. Me enfado cuando la historia no avanza, cuando no encuentro las palabras exactas para contar la historia.

            Cuando consigo terminar un libro me siento muy satisfecha, feliz y orgullosa. Y cuando veo que esos libros se leen y la gente siente cosas con ellos, me parece fascinante. Me impresiona cómo a través de las palabras, podemos estar conectadas dos personas que no nos conocemos pero lloramos o reímos en una misma parte del libro.

  • ¿Qué quiso transmitir  a los jóvenes cuando escribió “La biografía de un cuerpo”?
  • No es que quiera decirle nada a los adolescentes. Lo que quiero es que se hagan preguntas, que se cuestionen qué camino quieren seguir, que valoren si lo que hacen es lo que quieren hacer… La adolescencia es una etapa vital para la búsqueda de uno mismo.
  • ¿Por qué le puso de título “ La biografía de un cuerpo ”?
  • Este libro nació de una necesidad personal de entender a mi hija Marta. Yo veía como cada día ella salía de casa a las 07:30 horas y regresaba de noche; por la mañana cinco horas bailando en el conservatorio y por la tarde otras cinco horas en el instituto. Los sábados y días festivos también los pasaba bailando. Por otro lado, su cuerpo adolescente estaba cambiando y sintiendo cosas que somos incapaces de controlar. Quería indagar qué pasa por un adolescente que además de vivir todos estos cambios en su cuerpo, trabaja con él tantas horas en una disciplina tan exigente como es la danza. También quería analizar mi papel de madre; qué cosas estaba haciendo bien y qué cosas hacía mal. Queremos que nuestros hijos sean felices pero en ese camino nos podemos equivocar.

         Tenía muchas ganas de escribir esta historia pero no sabía cómo empezarla. Entonces leí un artículo de psicología donde explicaba que la adolescencia era un momento en el que se describe la biografía con el cuerpo porque uno siente por primera vez que ese cuerpo obliga, manda, siente el deseo, surge el amor, tiene lugar la primera masturbación, se da el primer beso, se da los primeros golpes… Me pareció que esto que decía era muy cierto y sentí que era desde el cuerpo desde donde yo tenía que contar esta historia: un adolescente dedicado a la danza, que no sabe si quiere o no baila, su cuerpo cambiando… Me pareció un nombre perfecto para la historia.

  • ¿Qué es lo que más le gusta del libro “La biografía de un cuerpo?   
  • Una de las cosas que más me gusta es el lenguaje con el que cuento la historia. Creo que es lo que más he trabajado en él para poder contar algo tan íntimo y personal, porque aunque el protagonista y su madre no seamos mi hija y yo, es una historia que tiene mucho de nosotras. Para hurgar en esa intimidad he utilizado un lenguaje muy poético, sobre todo cuando el protagonista reflexiona. Por ejemplo, cuando el protagonista se derrumba y siente que ya no quiere ni puede bailar más, empieza a leer poesía y encuentra en ella un asidero, algo que me ocurrió a mí también en la adolescencia. Yo necesité de la poesía para poder entenderme. Por lo tanto, contar la historia con un lenguaje más bonito y más rico es de lo que más orgullosa estoy.
  • ¿Cuándo escribió este libro? ¿Cuánto tiempo tardó en hacerlo?
  • El libro consiguió un premio en 2018 y lo escribí el año anterior. Tardé varios meses en escribirlo, porque cuando termino de escribir un libro, en realidad no he acabado. Después de terminarlo, lo vuelvo a leer entero para corregirlo, luego se lo doy a unos primeros lectores y analizo sus comentarios, lo vuelvo a escribir, lo dejo descansar unos meses para leerlo con distancia y hacer las correcciones definitivas. Al final decido si merece la pena que lo valoren para algún premio o mandarlo a la editorial. Calculo que habré tardado cuatro o cinco meses.  Soy una escritora lenta, aunque le dedico cinco horas diarias, pero como hago varias correcciones posteriores el proceso se alarga.
  • ¿Cuál es el comentario sobre su libro que más le ha sorprendido?
  • Este libro en concreto ha tenido críticas muy buenas y estoy muy contenta. La más emocionante fue la de una niña que vino a una firma de libros y me dijo: “Gracias por haber escrito este libro. Me he sentido completamente identificada y gracias a leerlo sé lo que quiero”. Solo por eso ya mereció haberlo escrito. Por otro lado, hubo una crítica que me dolió mucho porque fue muy dura: me dijo que le caía muy mal el protagonista y que el libro no estaba conseguido. A pesar de todas las críticas buenas, me pesó más esa negativa y a veces pasa, que le damos más importancia a las valoraciones negativas.
  • ¿Usted cuando hablaba de Marcos se refería a algún adolescente en concreto? ¿Se inspiró en adolescentes que conoce para escribir la historia?
  • Marcos tiene mucho de mi hija Marta, pero también hay partes que no son de ella. Para la parte del protagonista como hombre pregunté a mi marido y tuve en cuenta sus experiencias, como por ejemplo cuando contaba el despertar sexual del protagonista en su adolescencia. También me inspiré en amigos bailarines de mi hija.
  • ¿Qué le diría a nuestro alumnado para animarlo a que lea “La biografía de un cuerpo”? Les diría que le den una oportunidad al libro porque quizá se puedan sentir identificados con el protagonista. Creo que los libros no son solo ventanas a mundos diferentes al nuestro, también pueden ser espejos. La adolescencia es un momento en el que se nos rompen todos los espejos, ya que no nos reconocemos: ya no somos los niños que éramos pero tampoco somos adultos. En ese momento en que no hay espejos, este libro puede ser un espejo para que se miren los adolescentes.

Muchas gracias por sus respuestas, Mónica.

Si te ha gustado la entrevista y aún no conoces a la autora, puedes consultar sus libros en este enlace: https://www.todostuslibros.com/autor/rodriguez-suarez-monica

Foto de la charla que ofreció la escritora, por videochat, en el IES Siete Palmas.

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